Los estudios jurídicos full service adoptan tradicionalmente la forma de una pirámide: arriba pocos socios, abajo muchos juniors.
Impulsado por las preferencias del mercado, el centenario Estudio O’Farrell apostó por un nuevo modelo que demostró ser acertado.
Daniel Calatrava y Ricardo Castañeda, socios de la firma, cuentan cómo lo hicieron, hablan de los
desafíos y de los siguientes pasos.
¿Por qué? ¿Cómo? ¿Cuándo?
Daniel Calatrava (DC): Hace tres años decidimos que el estudio tenía que tener una modificación
hacia lo que los clientes estaban pidiendo: mayor participación de los socios y de los asociados en la
prestación del servicio jurídico.
Abandonamos la estructura habitual del estudio full service, una pirámide con los socios arriba de
todo, para dedicarnos mucho más de lleno, los socios, a la prestación del servicio.
Eso demandó mucho trabajo personal, de los socios en particular, en lo que llamamos la pirámide
invertida. La dimos vuelta.
La base está compuesta por todos los socios y todos los abogados senior.
Ricardo Castañeda (RC): A raíz de las crisis que hubo a nivel mundial y acá, por la situación argentina, las empresas grandes redujeron presupuesto. Ya no están dispuestas a pagar el training del abogado junior. Es un fenómeno mundial. En Estados Unidos hay clientes que no pagan las horas de los abogados recién recibidos. Quieren al socio involucrado en todas las reuniones, en todos los mails.
Los socios, en este estudio, son los que más trabajan.
¿Cómo se sostiene el esquema? ¿De dónde saldrán los futuros senior?